lunes, 14 de marzo de 2016

ODISEA EN AMÉRICA (EPISODIO #101)


Montados a caballo, nos alejábamos de la dimensión desconocida. No teníamos destino, el caballo era nuestro guía. Astor buscaba cobijo entre mis piernas. Se mostraba sosegado, quizá porque estaba exhausto. Yo también lo estaba, bostezaba demasiado. Con las manos acariciaba los hombros de mi compañera, tal vez para transmitirle mi presencia. Por momentos el caballo se detenía, ante la falta de rebenque con mis piernas le exigía que no se detuviera. Nos encaminábamos hacia el mismo camino de entrada por donde habíamos arribado. Al igual que el caballo no conocíamos otra salida. Los destellos de las bombas iluminaban el camino. Pese a todo estábamos serenos. En los pocos instantes de silencio se oían chirridos, para nuestra calma eran insectos inofensivos.